24 de abril de 2009

Me Ponen Enfermo las Argentinadas


Fito Páez, al natural. Solo ante el piano. Mayoría bulliciosa de argentinos, y de mujeres, colma el salón de actos de la Escuela Politécnica de Algeciras. Emoción a flor de piel. De negro, enjuto y nervioso, sonriente y expresivo, Fito anuncia que "va a ser un concierto largo"; se hace corto. Hora y media de amor y dolor, besos, voces, abanicos, desmesura y el descomunal arte que brinda el rosarino, un grande de la música hispanoamericana. Un grande, a secas, que en los bises se rebela y se muestra argentino mundial. Pájaro libre. El formato del recital encaja con el nuevo disco de Páez, No sé si es Baires o Madrid, grabado en directo. Pero Fito escapa del guión en ciertas ocasiones, la noche se antoja cinematográfica. Narra Fito la historia de dos chicos y de su país, 11 y 6 y El chico de la tapa, que el artista enlaza mencionando los tiempos de Alfonsín, reencuentro con la democracia, "todos teníamos más expectativas", y la etapa de Menem, "cuando la cosa se puso más dura". Fito logra la complicidad del personal, que respira en albiceleste por sus cuatro costados y aprovecha para ofrecer su particular universo vital, agita sus rizos al aire, cruza las piernas, toca suave o arrebatador, y se confiesa en público: "Hago engendros entre Mc Cartney, Piazzola y Charly García". Perfecta definición. El amor después del amor, las tumbas de la gloria, los niños del futuro se asoman a la escena. "Te di la mano y pasaron años".

Todo está escrito en el viento y en el Liverpool Bar, todo bajo el signo del ángel de la soledad, la euforia y los tormentos, la poesía vehemente. Páez canta a Lorca, romance de la pena negra, y conmueve al público de aquella manera. "Me costó la vida ponerle música, es muy completo el loco", ironiza, no sin antes confirmar su reconciliación con Sabina, interpretando una hermosa Contigo que la gente corea, la gente ya no para de cantar por lo bajini, extasiada. Chopin nocturno en sol, contrastes de artista total, virtuoso a las teclas, apasionado a la viva voz y clarito en algunos mensajes sobre estos tiempos "egoístas y mezquinos". Luego trinca la guitarra eléctrica, se da un homenaje de desazón en la ciudad de los pobres corazones, la pieza que compuso cuando asesinaron a su abuela y su tía abuela, las mujeres que criaron al niño grande que desconoce su destino. Ahora o nunca.

Los bises deparan una pieza a capella, la estremecedora Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Pablo Milanés, y la solicitada Mariposa tecnicolor, no sin antes ocurrir lo inesperado. Fito vuelve contento a las tablas y la mayoría bulliciosa argentina irrumpe en ovaciones, cánticos y expresiones diversas. Algo escucha el artista que le incomoda y, visiblemente enojado, contesta: "Me ponen enfermo las argentinadas, yo hago música del mundo". Memorable.

FUENTE: http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/407045/fito/paez/natural.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y a muchos de los que vamos a verlo y no somos argentinos y nos miran como si no tuviéramos derecho a que nos guste Fito, también nos ponen enfermos.Fito es de todos y al que no le vaya bien, que se ......eso.

Mario Alvarez dijo...

No discrimines vos también... ¿no?: "Fito es de todos y al que no le vaya bien, que se...".
Está mal. Es muy feo lo que te hacen sentir, de todos modos, "la olla es para darsela en la cabeza". Siempre hay que empezar por casa.

Bueno, pensandoló bien, a veces dan ganas de mandar a la mierda a mucha gente... pero no le demos mayor importancia.

Un abrazo y gracias por visitarnos!

Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar