31 de agosto de 2009

gustavo cerati: "olvídense de soda stereo"

Puedo equivocarme / tengo todo por delante / Nunca me sentí tan bien. La primera frase del primer tema del disco que sale hoy marca el estado de ánimo de Gustavo Cerati. En esta imprevista primavera cero de agosto, en su estudio enclavado entre la arboleda de Florida, con su amabilidad desmiente el karma que lo persigue desde siempre, esa mochila de estrella pop gélida, soberbia y distante. Se entrega a la charla con entusiasmo. Fuma rubios, toma Coca Cola, se muestra alternativamente autocrítico, afable, cruel, altanero y contradictorio.

Tiene en sus manos Fuerza natural, el disco que va a perforar corazones y tímpanos esta temporada Primavera-Verano: fresco, zigzagueante, adhesivo, menos rockero que Ahí vamos (su disco solista anterior, previo al regreso de Soda Stereo de 2007) y con muchísimas canciones que laten como hits potenciales. "Tiene una ruptura respecto de Ahí vamos. Es más simple y sonoramente lo siento como un compendio de todo lo que hice. Lo compuse en un tiempo corto: en dos meses, septiembre y octubre del año pasado".



¿Cuál fue la idea del disco, la idea de la concepción del disco?

Lo concebí y lo pensé como álbum. Por eso también va a haber una edición en vinilo. Es muy loco: en los '80 añoraba los discos simples de los años dorados del rock; ahora que volvió el single -en otro formato- no me interesan más, me interesa la cosa más completa. Es además un disco de viaje, de carretera. Más solitario que Ahí vamos, más celebratorio y asimismo con una alta dosis de alarma ante los fenómenos naturales. Se iba a llamar Viento, al final quedó Fuerza natural. No tiene un mensaje ecológico, pero habla justamente de las fuerzas naturales internas y externas, las invisibles y las cotidianas. También tiene mucho campo, mucha pampa. Gran parte de la lírica la escribí en una chacra que tengo en José Ignacio, Uruguay. Es como un compendio de mi carrera, pero expansivo; no es una suma de clichés, pero están.



¿No es un gesto retro lo del vinilo?

Puede ser. Hay cambios. ¡Acabo de cumplir 50 años! No tengo la pretensión de hacer algo nuevo, aunque cuando miro alrededor me parece que sigo proponiendo cosas. Además, bueno, no puedo escapar de mis propios límites. Ya no defiendo el lugar de la vanguardia. Sí me interesa el sonido: me preocupo por el sonido, aunque sé que muchísima de mi música cada vez se consume más por celulares. Es lamentable. Yo igual ofrezco lo mejor que puedo a nivel sonoro. Por eso lo saco en vinilo, aunque lo compren cuatro gatos locos.

Separado de la actriz Leonora Balcarce, con su hijo Benito cada vez más presente en su vida y en su música (tiene 15 años y una banda de rock, ya había colaborado en Ahí vamos y ahora participó en la composición de tres temas: Fuerza natural, Desastre y Rapto), Cerati dice que no es un artista "de tiempo completo". "No, puedo hacer otras cosas. Y cada vez ando más solitario, más bucólico". Escudriñando las letras del disco, sorprende la cantidad de referencias a los regresos, a la tensión entre el pasado y el futuro. ¿Habla de Soda Stereo? ¿De la infancia? ¿O es cierto lo que se dice, que volvió con Deborah De Corral? Se ríe: "No, para nada volví con Deborah. Somos amigos, y disfrutamos haber tenido una relación y seguir siendo amigos".



A Soda le dedicaste unas estrofas...

No, no, para nada. Si hay algo que quedó en el pasado es Soda. Mis letras no suelen hacer referencia a nada. Yo creo que la canción es artificio. No sólo lo creo, sino que defiendo a muerte esa idea estética. Okey, si un psicólogo pone la lupa seguro salen cosas. Es más: leí libros de psicología y te puedo asegurar que tengo todas las patologías. En mayor o menor medidas, todas. Pero eso es otra cosa. Para mí ser artista es una actuación, es mentir, es jugar a la fantasía. Hay gente que necesita jugar al noticiero, todo bien. Yo no: entre Aristóteles y Platón, me quedo con Platón.



Está raro el rock... El Indio y Skay se pelean por los medios, Charly se quiere casar... ¿Qué opinás de lo de los Redondos?

El caso de los Redonditos no lo conozco bien, supongo que las cosas no habrán terminado de la mejor manera; y cuando las cosas no se hablan en su momento, después explotan. Lo que pasó con Soda Stereo fue igual: no nos hablamos entre nosotros y un día explotó todo...



¿Qué pasó realmente?

Las cosas venían mal. Al final me propusieron hacer un show de despedida y yo lo vi como una locura, me negué hasta que terminé aceptando la situación. Fue la despedida de River, de 1997. Iba en contra de mis princpios, aunque no sé si hablar de principios. Yo no sabía cómo se separaban los grupos. Existen demasiados modelos: desde la manera beatle, todo mal, hasta la despedida de Sui Generis, superhablada y con un gran show. Para mí fue terrible hacer esos dos River. En los grupos se va destruyendo la comunicación, es así, eso le debe haber pasado a los Redondos. Con Soda fuimos cuidadosos de que la pelea no pasara por los medios. Fue mejor lo que hicimos en el 2007, a nivel alegría, comunicación, música, actitud. Absolutamente.

Después de la parafernalia del retorno, ¿cómo quedaste con Zeta Bosio y Charly Alberti?

Bien, bien... Ya nos conocermos... Somos grandes. Sabemos que no vamos a cambiar...



¿Cómo lo viste a Charly García?

Se muere por tocar, y esa ansiedad es bárbara. Mi única preocupación es si el proceso de desintoxicación de este tipo de terapias -que son controvertidas, porque te encajan otros químicos y te van ecualizando- no fue acelerado, si no era mejor esperar un poco. Si el aparato del negocio no lo está empujando al escenario. Si él está preparado para todo esto y en condiciones, fantástico.



Cuando empezaste con Soda tocabas en el Einstein, de Chabán... ¿Cómo viviste el fallo de Cromañón?

Hay un Chabán adentro con 20 años y cuarenta mil afuera... Hubo una gran irresponsabilidad, un fato con la municipalidad, una cadena de cosas y de gente. Señalar a algunos no me resulta muy aleccionador... Puede que no me caiga simpático Callejeros, pero no es eso lo que me mueve a pensar esto... A Chabán lo conozco desde hace muchísimo... Quizá apostó a un tipo de espectáculo en el cual se creía que el control era algo de fascistas. Y se equivocó. Y eso se paga... Pero no la están pagando todos los que tienen que pagar. El guitarrista que no está más en Callejeros (N. de la r.: Maximiliano Djerfy) dijo algo con lo que yo coincido: se creó la ilusión de que no hay diferencia entre el público y el escenario. Y hay una diferencia: estás arriba y tenés responsabilidad. No podés permitir que el público sea el dueño del espectáculo. Es difícil... Si hubiera muerto uno de Callejeros estaríamos hablando de otra cosa. Murió parte del entorno, y es terrible.



A vos también en un momento te rozó la tragedia.


Sí. Por eso, por más que yo crea en otro tipo de estética, hay imponderables. En el '85 tocamos en una discoteca de San Nicolás, se cayó el techo y se murieron cinco chicos. Fue terrible, salió en los diarios, fue parte de la historia negra del rock y no sirvió para mejorar la prevención de nada. Y en Perú, en tiempos de guerrilla, con la violencia zarpada, nos agujerearon el equipo Marshall con bengalas....



Decís que a cualquiera le cabe...

Sí, pero de lo que estoy seguro y tranquilo es que yo jamás incentivé nada. Lo de Cromañón fue diferente: fue el fin de una escalada de un tipo de concepción de rock... ¡Y se tiraron bengalas en un lugar cerrado! Punto. No hay mucho para hablar, loco.

Se hace un silencio. El tema Cromañón lo coloca en un estado de crispación. "Sí, este es un momento jodido para el rock. Por eso defiendo mi disco. Mi único mensaje es: vamos a hacer música. Cumplí 50, un numerito, ¿no? Quiero disfrutar haber llegado en buena forma".



Esperaste posicionarte bien con "Ahí vamos" para volver con Soda Stereo... Más allá de tu vanidad, ¿competís como solista con la gloria de Soda?

Hummm. Sí, puede ser, es lógico. Pero maduré un poco. Antes me enojaba: en la época de Bocanada buscaba diferenciarme y, cuando en los shows, la gente gritaba por Soda me caía pésimo. Tardé mucho en darme cuenta de que no era en mi contra. Sí, la presión de ser Soda es pesada. Pero ya está. Ya me saqué las ganas. No me vengan a romper las pelotas ahora. ¡Olvídense de Soda!. Ya está, ya fue. No va a haber otro regreso. No me mires así. ¿Cuesta creerlo? Ya fue. En serio.

5 comentarios:

Mario Alvarez dijo...

Gracias Cerati por no volver jamas con Soda otra vez... gracias... en serio, gracias

Ruso dijo...

Jaja y yo digo todo lo contrario ojala que vuelva Soda o almenos que Cerati vuelva a hacer rock como lo hacia en esa banda, otra vez un disco pop que es muy malo parece mas de Babasonicos que de él. Una decepción muy grande despúes del excelente ahi vamos.

Mario Alvarez dijo...

No lodigo porque no me guste Soda, por el contrario, el tema es que fue un regreso por la gloria ($) y nisiquiera hicieron una zapada nueva... Cerati... como siempre impecable. Espero que la duda que tiene sobre el regreso de Charly (si es muy apresurado semejante movida) sea solo un mal presagio.

Saludos Ruso

Aylén dijo...

A mi me parece que el nuevo disco de Cerati encierra al rock de otra perspectiva,mezcla de estilos. Creo q después de un disco tan exitoso como ahi vamos es un gran desafío atreverse como músico y compositor a superarse. Por eso no se si es comparable un disco con otro, sino se trata más de adoptar esta nueva producción como un trabajo distinto a lo anterior, quizas más "rock-folk " ponele. Y no esperar algo "mejor" a lo anterior, o algo òptimo. Además como mismo dice en la nota, Cerati no es vanguardista.. siempre mantiene una línea.
No es una crítica sino es mi punto de vista.
Me encanta el blog y paso siempre, gracias por toda la info. besosss

Anónimo dijo...

Pues a mí siempre me recuerda a Soda, no se puede evitar. que bien embiste los años este hombre, me encanta, se mantiene divino. Lo poco que he escuchado del nuevo trabajo me gusta, como siempre lo suyo.
HM

Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar