23 de septiembre de 2008

Un Momento

“…nueve y cuarto de la noche. Acabo de prepararme unos mates. La noche está apacible, no anda un alma. En el pueblo, a pesar de la buena temperatura, las calles de tierra permanecen vacías.
Acabo de llegar de tenis y tengo el calefón enchufado, calentándose para un baño reparador.
La jornada fue serena y Arenaza ni se enteró de los problemas bursátiles que atraviesa el mundo, mucho menos del coche bomba en la puerta del hotel de Afganistán.
Acomodé mis ropas y busqué unas hojas para escribir un poco. Hace mucho que no lo hago, las palabras se volaron, huyeron de mí.
Fito está sonando de fondo. Cantando, feliz, allá por el noventa y tres frente a un estadio lleno. La multitud lo viva, parece excitado “…chau Piluso, chau…” grita.
Y yo sigo aquí, como todas las tardes, prestando atención a sus palabras, sus detalles, sus gestos, intentando descubrir otro mundo. De eso vivo. Un observador de detalles sentimentales que describen a una persona.
“…te vi, te vi, hay cosas que te ayudan a vivir…” dice ahora. Y es así. Páez me ah ayudado muchísimo en mi vida. Una compañía en todo momento. Buenos, malos, felices, tristes, densos, livianos. Me ha enseñado a vivir, a descubrir a los demás detrás de sus carcazas, a distinguir a la gente que te hace mal, que te hace bien… no sé como agradecérselo… eso es Librepáez (pienso).

m@iT()

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Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar