7 de diciembre de 2009

rosario fue una fiesta con charly


El hombre que atravesó generaciones, que logró la identificación de la gente con sus canciones y que retrató como pocos la realidad argentina de las últimas cuatro décadas, se permite ahora hablar de sí mismo. De su momento, de su regreso atravesando sombras y tinieblas. Charly García desata una fiesta en Rosario, pero en su música, en sus gestos, en sus palabras, surge además un guiño cómplice con éste, su esperado regreso a los escenarios.

Entonces, canta Influencia y se golpea el pecho cuando dice aquello de "voy a confiar en mí". Y evoca a Serú Girán con Llorando en el espejo, una canción que, confiesa, "se adapta mucho a lo que me pasa". Pero hay más de un Charly que disfrutó del lugar y del contacto con la gente el sábado a la noche.

Junto a Fito, "el rosarino rockero mas famoso", despuntaron Desarma y sangra.

Invita a Nito Mestre y en las estrofas de Cuando ya me empiece a quedar solo habla de "una vejez sin temores y una vida reposada". Es la postal más perfecta de su actualidad. Es Charly en estado puro. "Y un millón de manos que me aplauden", sigue cantando. Son, al menos en Rosario, unas 20 mil las que se chocan rendidas ante él.

En la despedida de la gira latinoamericana que inició en Perú y que, previo paso por Vélez, tocó su punto final este año en el Hipódromo de Rosario, hubo una ceremonia de reencuentro con sus fieles seguidores: desde el adolescente bailando frente al escenario con una remera de Iron Maiden hasta el cincuentón calvo de elegante sport. Todos quieren hacerle el "aguante" en el sexto show que ofrece desde su regreso, el segundo en la Argentina.

Y él devuelve tanto afecto con música. Acompañando por una banda ajustada y poderosa, entrega un recital de 2 horas y 20 minutos con 35 piezas que ya forman parte del cancionero popular argentino. Si el trío chileno -Toño Silva Peña, Carlos González y Kiuge Hayashida ¿ es la pared de sonido sobre la que se asienta la banda y Carlos García López es la guitarra en estado de combustión permanente, Fabián Quintiero surge como el coordinador del grupo cuidando todos los detalles. A Hilda Lizarazu le toca acompañar a García con su voz. Pero también jugar con él, teatralizar los temas.

Charly se siente contenido por la banda y abandona el piano con frecuencia. Se para frente al micrófono y canta, baila, gesticula acompañando la letra de los temas, de las que no olvidará casi nada.

Y repasa como si se trataran de golpes de nocaut al mentón un seleccionado de clásicos: Cerca de la revolución, Demoliendo hoteles, Rezo por vos, Yendo de la cama al living, Nos siguen pegando abajo, Vicio, Estoy verde, Hablando a tu corazón... Sus creaciones de los '80 tienen un lugar central.

Si el encuentro con Nito es un abrazo con la nostalgia -con él cantó Canción para mí muerte y Mister Jones-, el otro invitado de la noche fue un gesto para los locales (ver Información) Al final, bañado por una ovación, Charly vuelve a la referencia personal. "Y, la verdad que sí: Say no more aguanta", tira entre cómplice y feliz. Como García. Un clásico inoxidable.«

FUENTE: Clarin

Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar