Ausente Con Aviso

Amigos, el día Lunes por la mañana me someteré a una operación. Nada grave, sólo que mí vesícula dejará de formar parte de mi cuerpo. Quería que estén al tanto porque seguramente no actualizaré el blog durante toda la semana. O sea que estaré ausente del mundopaezvirtual durante este tiempito.
Espero volver (espero) para continuar con este proycto que cada día me hace más feliz, pues siento el apoyo de todos ustedes, mis amigos visitantes, día a día. Gracias!.

Les dejo para que se entretengan, un escrito mio de unos años atrás. Muchos de ustedes saben que me gusta escribir, y bueno, esto no sé si es lo mejor o lo peor, pero aquí lo expongo ante ustedes. Saludos!

EL PEZ VOLADOR

El pez volador durmió sus sueños estereos en un lote de girasoles eternos. Todos miraban hacia el sol, cuando de pronto, desde la comisura de sus labios, brotaron incesantes las gotas de sangre que el diablo, el viejo diablo, había predestinado para éste amante del febo y veranos.
Y no hubo más tiempo en el reloj para comenzar a contar las horas del vuelo eterno. Los surcos con brotes de hierbas se regaban, de manera silenciosa, con la sangre del pobre pez volador. Aquel sueño se cambió a mono y los girasoles, lentamente, agacharonsé y así, como un camaleón psicodélico, cambiaron su amarillo de sol para cubrirse de un rojo furioso.
Desde la ruta se podía divisar ese campo de girasoles rojos, detuve mi marcha para acercarme hasta ellos, y ni bien chapoteé la sangre alcancé a divisar, semi agonizante sobre mil insectos, al pobre pez volador. Salí corriendo para admirar tal criatura, pero me fue imposible cruzar un río de hormigas que corrían a su alrededor, le grité al pez volador, pero éste, ya sin fuerzas, solo podía emitir un sonido mono, el cual mis tontos oídos estereos no podían asimilar.
Luego de horas de mancharme mis ropas con su sangre, vi como el pez volador empezó a enflaquecer, desesperado intenté conocer el porqué de su agonía, me arranqué una oreja para poderlo escucharlo y al fin pude conocer su verdad... el pez volador durmió sus sueños estereos en un lote de girasoles eternos, todos miraban hacia el sol cuando de pronto desde la comisura de sus labios brotaron, incesantes, las gotas de sangre que el diablo, el viejo diablo, había predestinado para éste amante del febo y veranos.
Y no hubo mas tiempo en el reloj para comenzar a contar las horas del vuelo eterno. Los surcos con brotes de hierbas se regaban, de manera silenciosa, con la sangre del pobre pez volador. Aquel sueño se cambió a mono y los girasoles, lentamente, agacharonsé y así, como un camaleón psicodélico, cambiaron su amarillo de sol para cubrirse de un rojo furioso. -“Soy el pobre pez volador que lleva tus sueños musicales hasta mi madre, la única reina el único dios/a que existe en el universo, soy tu ángel pero fui atacado por un grupo de rehenes morales enviados por el diablo Silen Cio que ataca a los que prefieren una vida mejor. Ellos llegaron y atándome de aletas y alas introdujeron en mí una cantimplora de realidad. Me está matando y ya no hay nada que hacer...”
Me volví atrás, recule tres pasos y sentí el ardor de mi oreja, sentí las moscas verdes zumbándome en el cerebro. Caí al piso, la sangre de mi oído circulaba cada vez con más ganas, el pez volador empezaba a desaparecer y mis piernas ya no tenían fuerzas, tampoco intenté levantarme, pues ya no había esperanzas se habían marchado con mis sueños.

Por: Mario Alvarez