1 de diciembre de 2008

Otro Momento

Tan sólo es el tiempo amor, nos lleva delante… suena mientras el ventilador se esfuerza para tirarme unas gotas de aire. Se asoman nubes de un azul lluvia, un nuevo color que acabo de inventar. Cansado, me dispongo a despellejar este momento. El torso desnudo y una Quilmes que pedí en el almacén de al lado con la premisa de que esté bien fría “pero bien fría eh”.
Yo volvía loco súper chiflado, pasado de vino… suena ahora. El calefón está enchufado, para que enfríe estos huesos tibios, nena. Pienso ¿al final hacemos todo por amor?. ¿Por amor a qué?. A ella, al faso, a nuestros cuerpos, a nuestros hijos, a nuestro vicio… si… todo por amor.
El amor y la figura del tiempo. El tiempo con el amor se acelera, se hace mas corto, más llevadero. Todo lo contrario a lo que querríamos. El amor no tiene tiempo (ni lugar, ni ritmo, ni vulgaridad). Puede ser eterno, y no.
El tiempo sin amor es sólo eso: tiempo. Muchos dirán: tiempo perdido. Otros estarán disfrutando en una discoteca, creyendo que no aman, para no sufrir. Desconociendo otros amores que están sufriendo por ellos.
El amor que mata, matar y morir por amor… de eso ya escribieron Páez y Sabina (y tantos otros) que no me detendré en eso, pero si, en el amor a la música. Porque además del ventilador, el calefón, la tormenta de color azul lluvia, está Páez cantando, musicalizando este instante que ahora estoy olvidando… me augereaste la remera, frente a los chicos de la escuela, pero fuiste la primera a quien le di mi amor me baleaste en un callejón…

m@iT()
21:58
18/11/08

1 comentario:

Anónimo dijo...

.....Y el buen gusto siempre lo tiene quien siente amor por lo que hace...gracias por estos regalos....con amor,
v.

Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar