14 de octubre de 2008

“Todo Lo Que Dé Placer Hay Que Hacerlo”

Acaba de lanzar un disco en vivo y de terminar una gira de cuatro meses en los que recorrió América. Vive solo y reivindica el onanismo. De los guiones de cine a la fascinación por el genoma humano, definiciones de un hombre que tiene respuestas para todo.

La primera vez que me crucé con Fito Páez fue hace 26 años, durante el mandato del general Galtieri, poco antes de que comenzara la guerra de Malvinas. Yo me iniciaba en el periodismo y fui a La Trastienda a hacerle una entrevista a Baglietto para la revista Pan Caliente. Cuando le pedí una opinión sobre la dictadura militar, Baglietto prefirió evitar cualquier tipo de compromiso con su respuesta. Entonces, un muchachito flaco y provocativo, sin pedir permiso, tomó por única vez la palabra para calificar duramente a los militares. Fito siempre fue así. Contundente en sus afirmaciones, crítico en sus opiniones, exagerado en sus creencias, afanoso en sus búsquedas.

Atravesamos muchas instancias juntos, en algunas ocasiones nos encontramos en los bares al compás de la rumba de la vida, borrachos y dichosos. Pero la mayoría de las veces, los encuentros estuvieron forzados por el trabajo que significó construir el libro titulado Páez que, a pesar de ser considerado una biografía, fue solamente un esbozo de cierto tramo de su vida.

Siempre hubo afecto entre nosotros, pero no llegamos a ser amigos. Nunca conseguí abandonar el rol de preguntador en nuestros encuentros y ese rol es distanciador. Pero el afecto es una energía que despide Fito y que genera un campo de resplandor a su alrededor.

Como siempre, nos abrazamos con alborozo y junto al fotógrafo cruzamos hasta la plaza donde se entregó mansamente a las indicaciones de mi compañero. Le hice notar lo difícil que resultaba entrevistarlo y de lo ajustado de su calendario. "Enrique –me dijo señalando la escena– en esto que estás viendo ocupo casi un cuarto de mi tiempo… si no agendara no tendría lugar para mi propia vida".

Cuando nos quedamos solos, me llevó hasta una pared donde había instalados unos cuadros con unas extraordinarias e injuzgables pinturas llenas de energía. Enseguida me dijo que eran trabajos de su hijo.

En el camino de retorno a la casa, le había propuesto un tema que lo ofuscó. Se trataba de cierto ensañamiento cruel que suele producir su figura y su trayectoria entre ciertos periodistas y fans. Me dijo: "No puedo decirte nada sobre eso. Mi referente es la obra. No sé de qué se trata ni de qué me hablás con respecto a ese microclima."

Esta vez encontré a un Fito lleno de certezas, casi sin espacio existencial para las dudas y cavilaciones. Un hombre que ha tomado por asalto su propia conciencia y no se permite titubeos.

–Es un fenómeno muy notable la decadencia del rock nacional en los últimos años, tanto en la composición musical como en la poética.

–Es complicado hacer una análisis liviano sobre ese fenómeno. Argentina tiene una tradición musical centenaria de inventiva dentro de la música popular. Desde Contursi hasta el día de hoy, donde Buenos Aires está recuperando parte de su linaje con compositores tales como Dacal, Gonzalo Aloras o Coqui Bernardi. En los 90 se produce un sismo muy grande dentro de lo que podemos llamar la cadena de la inventiva de la música popular, es la tercera década infame que sucede en el país. Si hacemos un vuelo rasante sobre ese paisaje musical, esa decadencia está ligada al fenómeno del menemismo. Yo tampoco puedo adjudicar todos los males a él, porque lo votó dos veces la gente. Hay que hablar en realidad de un problema medular de la sociedad argentina que aspira únicamente a tener la plata en su bolsillo.

La música popular se pasa a la barricada y se abandona toda investigación musical, que era la herramienta más poderosa que poseían los grandes músicos, desde Salgán hasta García, desde Gardel a Leguizamón, desde Discépolo a los hermanos Ávalos. Todos estaban tratando de inventar música, con todas sus contradicciones multiculturales. En los años 90, se detiene esa búsqueda y empieza a surgir una música de cancha de fútbol y se arma esta tribalización del cancionero. Es pensar la tribu como aquello que te contiene, te da de mamar y te protege reemplazando el sentido de la nación. Se radicaliza la secta tribal tal como está pasando hoy con los floggers, fenómenos que están totalmente vacíos de contenido. En aquellos años se inicia el famoso Redonditos contra Soda.

Por supuesto que son falsos cobijos porque no dan seguridades reales. Básicamente, trabajás para la tribu pero la tribu no trabaja para vos. Mantenés un fantasma que en realidad no sabés qué es, pero que socialmente cumple la función de tranquilizarte ante la desesperación reinante y acosadora que significa la falta de dinero, la imposibilidad de proyectarte en los estudios o en un oficio. Eso surge en el campo de acción de un proyecto político de vaciamiento total de la argentinidad. Hay también una crisis de la franja artística que, en lugar de cuestionar ese fenómeno, se suma a esa idea y la convalida.

En todo ese transcurso no sé si se consigue atrasar el reloj de la evolución musical, pero sí lo detiene teniendo en cuenta la velocidad a la que venía la inventiva. Los músicos buscan al público, pero no buscan lo que está sucediendo. Encima, todo lo que se corra de esa instancia se considera traición, estableciendo códigos completamente arbitrarios sobre la nobleza.

(Tengo la nota completa, pero está "arreglada". Quiero decir, está mal editada entonces se repiten frases de Fito en distintas preguntas. La pueden leér en www.ciudadfitopaez.blogspot.com yo no la publiqué porque es, al menos, extraño.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno... da en el clavo en algunas de las definiciones que da sobre cómo nos resulta Fito.... ha estado ajustado y fino...sí. Gracias.V.

Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar