El cantautor rosarino se presentó anoche en el Anfiteatro Municipal. Repasó clásicos de su carrera y hubo invitados especiales que hicieron emocionar a varias generaciones.
Matilde Baroni
El cielo amenazaba con una fuerte tormenta hasta que las eternas voces del Capitán Piluso y Coquito resonaron de fondo en el Anfiteatro Humberto de Nito. De esta manera, Fito Páez abrió su única presentación en la ciudad con "Tema de Piluso" y prosiguió con la canción que le da nombre a su último disco: Confía. “Buenas noches Rosario de mi corazón”, fueron las primeras palabras de bienvenida del músico.
En más de dos horas y media de show, Fito realizó un recorrido por más de 20 años de carrera y 20 discos editados. Con versiones nuevas de viejos clásicos el músico paso por temas como "Gente sin swing" (1987) hasta "La Ley de la vida" (2010).
Con los primeros acordes de "Confía", banda en pleno sobre el escenario, la aparición de Fito fue todo aplauso y ovación. De traje amarillo furioso, remera y zapatillas de color azul, emulaba así el club de sus amores y dejaba en claro su predilección y amor por esta ciudad. “No cambio ningún lugar del mundo por una cerveza al lado del río”, disparó Páez.
Con varios artistas sobre el escenario la noche de a poco se fue despejando hasta que las amenazas de una posible tormenta se disiparon a lo largo del show. El espectáculo contó con una puesta en escena sobria y grandes juegos de luces que climatizaban cada una de las canciones.
Leo Sujatovich, es músico y productor y fue quien acompaño a Fito en la realización del disco que según Páez “se terminó de cocinar hace 24 horas”. Canciones para Aliens es el nombre del disco donde el artista interpretará a músicas y autores de diferentes países. El primer corte de difusión que ya se está escuchando en las radios es "Un beso y una flor", del cantante español, Nino Bravo.
Sentado frente al piano, Sujatovich acompaño al músico con el tema "Un vestido y un amor". “Te presento al mejor coro galáctico”, así se refirió Fito al publico rosarino, que emocionados, acompañaron cantando durante todo el show.
Con Diego Olivero (teclados y direccion musical); Juan Absatz (teclados); Dizzy Espeche (guitarra eléctrica); Carlos Vandera (guitarra acústica); Gastón Baremberg (batería); Coki Debernardis (guitarra) y Eloy Quintana (bajo) se conformó en plena la banda en escena. "El chico de la tapa", "Tiempo al tiempo", "Llueve sobre mojado", "Gente sin swing”, y "Dos días en la vida" fueron algunas de las canciones de la primer etapa del show.
Luego, sentado sólo frente al piano, Fito realizó una recorrida intimista por varios clásicos de su carrera y un homenaje a Charly Garcia. "Cable a tierra", "Carabelas nada", "Confesiones de invierno" (de Sui Generis), "Dale alegría a mi corazón" (a capella con el público) y "Un Vestido y un amor" fueron las canciones indicadas para que los espectadores (de todas las edades), se emocionen en un cerrado aplauso.
La interminable lista de éxitos prosiguió con un Fito muy distendido, de buen humor y un recurrente agradecimiento a un público que coreaba y seguía los requerimientos del rosarino.
“Todavía no me da vergüenza seguir tocando esta canción”, señaló Páez y comenzaron los acordes de "Al lado del camino", primer corte de difusión del álbum Abre, editado en 1999. Los problemas técnicos comenzaron cuando agarró su guitarra para entonar Ciudad de pobres corazones y no hubo respuesta del instrumento. Más tarde tuvo inconvenientes con un micrófono que arrojo a un costado del escenario. Con una visible cara de ofuscación, continuó el set con el tema perteneciente al álbumEl amor después del amor: "A rodar mi vida".
Cuando ya promediaba la medianoche, Páez realizó el primer cierre y a su vuelta, apareció con un cambio de vestuario, que consistía en un traje colorado, remera amarilla, y zapatillas blancas que hacían juego con sus lentes, del mismo color.
Esta segunda etapa comenzó con un tema del álbum Abre, "Es solo una cuestión de actitud", cantó Fito y al finalizar la canción llegó la segunda sorpresa de la noche, la presentación de la cantante y amiga Liliana Herrero, con la que interpretó "Yo vengo a ofrecer mi corazón". La entrega y pasión de la entrerriana provocó la emoción de todo el público presente.
"Dar es dar" y "Mariposa Tecknicolor" fueron los dos últimos temas antes del cierre. Luego de abandonar el escenario y ante el constante pedido del publico de que vuelvan a tocar, Páez concluyó el concierto con un viejo tema muy pocas veces realizado en vivo y perteneciente a la placa editada en el año1988 titulada Ey! con el tema "Canción de amor mientras tanto".
De esta manera, Fito cerró el año en la ciudad que lo vio crecer, en la que demostró estar eternamente agradecido, orgulloso y sobre todo, visiblemente emocionado ante el cariño de los rosarinos, que, entre amigos, fanáticos y seguidores le devolvieron afectuosamente más de 20 años de trayectoria sobre los escenarios.
Hoy todas las guitarras están de luto La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas sólo puede pensar en la tuya, tal vez porque el barro tal vez porque este balcón donde te vi casi por última vez mira una nube de la forma y el color de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos Este balcón que se quedó esperando una charla unas palabras o un abrazo más que yá no llegará Luto también en las palabras habituadas como estaban a que les pusieras cascabeles guirnaldas asonantes o ruedas de tren apocalíptico caleidoscópicos ojos de fertil papel de tu prolífica pluma que suma y resta sílabas del metro patrón de las esferas apenas solas a solas penas Adiós que sea A-Dios a sus brazos a ese rincón de magia que seguramente Él guardará para los que se animan a jugar con los bloques con los que ha construido el mundo haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos donde el corazón se muestra y baila desafiando al vacio Adiós Mientras me duele el pecho te imagino en viaje por inmensidades más vastas que las del Capitán pero a diferencia de él sé que tendrás todos los tangos silbados al oído y nunca faltará un mate ni perfume a malvones En todos nosotros se queda un pedacito tuyo serás inspiración multiplicada por millares a lo largo de los años y lo ancho de las geografías Cambiaste nuestras vidas abriendole camino a la imaginación cantándole salvaje o dulcemente a los misterios que nos habitan al misterio que somos Adiós No me resigno a tener que decirlo Adiós mensajero del infinito
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