Varias veces hemos escuchado decir Fito es un poeta. Un grande de la música de Argentina. También disertador y sobre todo espontáneo. Polémico a veces por ser precisamente franco. “Hoy se piensa en triunfar y demostrar que cualquiera puede hacer cualquier cosa”, manifestaba el cantautor argentino durante una parada en Miami hace unos días atrás. “Eso no es bueno. Hay formas establecidas (que respetar)”, agregaba.
Fito se refería al surgimiento de ritmos e intérpretes que se alejan del buen funcionamiento de la música. ¿Crisis? ¿Decadencia? “Creo que sí”, afirmaba, “aunque se mantienen los grandes ritmos de excelente calidad”. Resaltando que “algo pasó” en la sociedad internacional y que ese algo merece un estudio de gente especializada. “Hoy se piensa mucho en adaptar el tono (de un lugar) para que se pueda escuchar en cualquier (otro) lado”. Comentario que desciframos como su disconformidad con la llamada fusión de la música.
“Me siento afortunado”, aseguraba al responder la pregunta sobre si se siente presionado a sumarse a la ola de la música basura. “Mantengo una excelente relación con Sony.”
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