5 de julio de 2008

2008 - Siete Notas, Empapadas De Alcohol



La canción de los (buenos) borrachos


Cuatro gotas
de alquitrán en la voz,
siete notas
empapadas de alcohol
campanadas
en el fondo del mar,
carcajadas
que me hicieron llorar...
Con un loro
que blasfema en latín,
le hacen coro
los "sultanes del swing"
y una big band
con un trombón y bombin
de Nueva Orleans
en mi funeral.
Y ese tango
compadrito del sur
y un fandango
de gitano andaluz
y un piano
con dos copas de más,
y unas manos
que lo sepan tocar.
Oraciones
para gente sin fe,
tentaciones
de volver a beber
el veneno
que tus labios me dan,
el obsceno
beso de la verdad.
La balada
de la casada infiel,
demasiadas
cosas por aprender,
el portero
de la Puerta del Sol,
el cartero
de tus cartas de amor,
el primero
en sacarte a bailar
un vals.
El vals
de la tristeza más triste del mundo,
la belleza que dilapidé,
la pereza de los vagabundos,
el rompecabezas que no terminé.
La palabra secreta, la mano
que planta violetas en el hormigón,
la maldita canción del verano,
la casa de citas de mi corazón.
Y el milagro del abecedario,
la tortuga que rompe a volar,
la ternura de los dinosaurios,
el aniversario de la soledad.
La liturgia de las despedidas
la bala perdida que viene por mí,
la nostalgia que amarga la huida,
la banda sonora de lo que viví.
La canción de los buenos
borrachos
que, de madrugada,
vuelven al hogar,
la canción que atropella los tachos
llenos de basura de la Capital.
La canción que se canta al oido,
la canción que no quieres oir,
la cantamos los malos maridos
cuando, en el olvido,
pensamos en ti.
La canción de los buenos
borrachos,
que, de madrugada.
vuelven al hogar,
la canción que atropella los tachos
llenos de basura de la Capital.
La canción que se canta al oido
la canción que no supe escribir,
la cantamos los malos maridos
cuando, en el olvido,
pensamos en ti.

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Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar