DANDO VUELTAS EN EL AIRE

Fito de Rosario, Fito del mundo:
Algo de vos llega hasta mí, cae la lluvia sobre Paris… Si hablábamos de luz, del tráfico por Katmandú… Fumabas unos chinos en Madrid… Yo te amé en Nicaragua.. Siempre así, lejos en Berlín… Habana a tus pies… Cae la noche en Okinawa

Curiosa faceta cosmopolita de Fito. Sus canciones son historias con escenarios a veces muy diversos, puede ser Rosario, la capital de Nepal, la cálida Nicaragua, la febril capital española … Fito al igual que un escenógrafo de exquisito gusto te trasporta a cualquier punto del globo que dicte su pulso creativo, sin duda una marca personal del rosario.

El arte es un espejo, es decodificar la energía en sensaciones, es civilizar las vibraciones, es el desenlace de una urgencia de explotar en una unidad, en este caso en canciones. En este contexto Fito ha desarrollado un concepto quizás muy amplio pero muy marcado: Sus canciones respiran libertad.
En mi opinión esta cuestión de cantar desde cualquier parte del mundo tiene que ver con una idea que se repite en todas sus letras y es la convicción de que los obstáculos pueden ser peldaños, de que nada puede impedirte ser feliz, que la vida es un lecho de cristal y que todo lo que haces por obligación se lleva la alegría de tu corazón. ¿Acaso una demostración más precisa que la de burlarse de las fronteras? Fito enseña mucho en esto, nos dice que la esencia del hombre es la misma en Buenos Aires, Rosario o París, que el amor y su despedida raspan igual sin importar el contexto, y que por los mismos motivos somos diversos y simultáneamente somos iguales…ni ricos ni pobres… ni capitalistas ni proletarios… ni pueblo ni metrópoli… ¿Queda entonces algún motivo para buscar la felicidad en los estereotipos? Lo bueno que tenemos dentro es un brillante, una luz que no dejaré escapar jamás.

POR FLORENCIA SILVA