8 de febrero de 2007
2007 - TODAVÍA HABEMUS HOMBRES QUE JUGAMOS A LAS PALABRAS
Tenía que postear algo para arrancar con este blog (nuevamente). Debía ser algo importante, novedoso, en lo posible de mi puño y letra. No lo encontré.
Lo que sí encontré es una entrevista a Fito realizada por Natalia Rozada en la presentación de el nuevo disco en Córdoba.
Esta nota, originalmente extraída de .rock.com.ar, me pareció la ideal.
Primero porque, nada mejor que retomar librepaez con palabras de nuestro amigo, y segundo porque, mas allá de que esta entrevista no es nueva, se puede notar en ella el paso del tiempo, la edad, la mirada y el pensamiento del Fito actual.
Hay que prestar mucha atención para notar hacia donde va Páez hoy por hoy. Donde afina el oído, donde mira para otro lado, donde asume la realidad (que en ningun momento tratará de torcer). Aquel joven que cantaba “me pasé la vida viendo como hacen el mundo en vez de hacerlo yo” está metido en “su” mundo y no precisamente es de canciones.
Con ustedes Páez, Fito Páez en este nuevo librepaez. Adianchi!!!!
- El nuevo album de alguna manera fue concebido en Córdoba, ¿Eso se dio casualmente, fue una elección de ese sitio para inspirarte… cómo fue?- Como todo en la vida, no sabés bien por qué fue. Cuando llegamos a San Esteban no teníamos nada. Sabíamos que era un lugar lindo para concentrarnos y trajimos muchas guitarras, muchos pianos, muchos micrófonos y cosas para grabar, pero no teníamos nada. Y lo que pasó fue una de esas cosas milagrosas que te pasan de que un lugar está predispuesto para que lo hagas. Eso me sucede mucho en Córdoba, es un lugar muy inspirador, me estimula mucho la luz del lugar, posiblemente los recuerdos que tenga aquí, los aromas. Es muy lindo volver siempre al Valle de Punilla.
-¿En que etapa te parece que estás?- (Ríe)
En la etapa introspectiva... no lo sé, qué se yo. Esas cosas... yo me siento en velocidad crucero: 43 años, dos hijos, haciendo música, haciendo cine, que es lo que más me gusta, y siento que lo estoy pudiendo hacer entonces me parece que se lo puede llamar en "plenitud". Plenitud entre comillas, porque podes salir de acá y en la esquina se te cae un piano en la cabeza. Te puedo transmitir eso, no creo que la etapa azul de Picasso sea la mía. Me cuesta verme, viste, pensarme desde ese punto.
-Criticaste el boom latino…-
Yo no critiqué nada, me preguntaron algo y yo opiné. Pero no me gusta criticar. Es más, creo que ese testimonio termina diciendo que cada uno haga lo que quiera, porque de eso se trata el mundo. Lo que yo terminé diciendo es que no pertenezco a esa tradición de música, entonces no tengo ningún interés estético ni emocional, no me conmueve en nada todo ese fenómeno. Pero Salute!, para delante!
-Y qué rescatás de todo eso?-
Yo no rescato nada, no tengo que rescatar nada... Me tengo que rescatar a mi primero de todo (ríe). Hay gente haciendo cosas muy potentes en América. Pero es gente más margineta, gente que está más al borde de lo que puede ser el negocio hoy. Pero es la gente que me interesa, son colegas del mundo y de la vida.
-Sobre tu experiencia cinematográfica, ¿es algo que te pone a las puertas de un nuevo desafío, que pensás continuar o tiene que ver cómo se de el negocio?-
No, por favor!, yo tengo 43 años ya, niño... El resultado económico no tiene ningún interés. Estamos aquí para vivir, para filmar, la experiencia de hacer música y mirarnos a los ojos. El negocio es un detalle. No quiero tener que volver a explicar eso, si todavía no sabés eso de mi, estamos en mora vos y yo.
-Cual es la identidad de este disco?-
¡Mirá, hija, lo que me preguntás! Deberíamos llamar a un semiólogo. ¿Qué sos? El hijo de tu madre y de tu padre, y sos eso hasta que te morís. Y en el medio jugás y haces musiquita si tenés suerte, y ves pelis y te vinculás con gente a quien amás. Se supone que cada uno de nosotros hace eso en la vida a su manera. Así que mis discos por supuesto que están llenos de novenas, por supuesto que están llenos de acordes abiertos, por supuesto que de mayores pasan a menores, por supuesto que posiblemente en una canción module dos o tres veces sin que te des cuenta, por supuesto que hay cambio de timbre en todos los temas, por supuesto que las palabras van a tender a abrirse en vez de cerrarse, que van a haber menos sentencias. Pero eso es lo que hago desde que tengo uso de razón, entonces ésa es la identidad de mi disco.
-¿Que es lo que te motiva a hacer cine?-
Es como si yo te preguntara qué es lo que hace que se te pare... ¿no? (risas) No sé, me gusta. "Mi padre me llevaba al cine"... te puedo dar todas explicaciones ridículas explicando todo de una manera absurda. Me gusta el cine, me apasiona el relato, me gusta escribir, contar historias. Tiene eso que tiene la música, que es extraordinario, te permite jugar con un material emocional y anímico que es extraordinario.
-¿Cuál es el mensaje?
-No hay mensaje, a mí nunca me gustó que me dieran mensajes, entonces ahora no me voy a poner en la situación de dar mensajes. Repito, todavía habemus hombres y mujeres que jugamos a las palabras, y a las músicas y a las imágenes.
-¿Con respecto a las nuevas camadas, como las ves?-
Hay que dejarlos, están empezando a hacer cosas. La verdad es que nada me mata, para serte sincero. Yo tengo una teoría doméstica. Por supuesto, esto si lo van a escribir tradúzcanlo bien por favor: en los 90 sucede algo inédito en la música Argentina, y es que para la producción de autores de la música popular. Se detiene. Y eso es un fenómeno que no había sucedido en 90 años de historia, si arrancamos con "Qué noche triste" de Contursi, que es 1916. Es un fenómeno insólito. Yo no soy musicólogo ni soy sociólogo, pero me llama la atención cómo un país con una potencia tan potente musical y artística en toda su región, que era una maquina que nunca paró, en los 90 se detiene. Así que allí pasa algo muchachos, así que ayúdenme a pensar.
-Ahí surge el rock chabón-
Claro, bueno... Cuidado, eso es resaca del peronismo. Una caída fuerte de la media, digamos, y mucho abombe ¿no? Es curioso. Igual si nos ponemos un poquito filosos, no pasa sólo en la Argentina. Igualmente allí dentro también hay gente noble que hace cosas buenas. Un tipo como Piti Álvarez es un hombre saludable. Nos hace bien, es una persona franca, noble. Entonces, ¡bienvenido Piti!
- ¿El trabajo de Callejeros te parece también en ese sentido noble? -
Me parece que no, es una estética que no me interesa en nada, no me produce nada. Me parece que es un fenómeno encerrado en sí mismo. En general me parece que ese tipo de fenómenos no me interesan, nunca me interesaron ni aquí ni allí. Y me parece que es una estética que puede cobrar caro eso. Porque cuando no ponés la belleza en funcionamiento, cuando no ponés una hora de tu vida para estudiar el piano o la guitarra que son los instrumentos que utilizás para hacer música, que son al final también el arma que te van a dar de comer y con la cual vas a transmitir algo... Me parece que es importante estimular eso. Cuando vos ves que eso no avanza con los años, entonces decís ¡puta, muchachos, vamos ya!
-Hay un infantilismo de las discográficas en decir que esto funciona y vamos para allá. ¿Como te llevás con eso?-
Las discográficas no tienen ninguna incidencia en ese punto, porque la música la hacés adentro de una habitación. Entonces si vos dejás que las discográficas lleguen hasta ahí es asunto tuyo. Vos, cuando estás ahí, estás con tus palabras, con tus ideas y tu corazón y tu lenguaje musical. Eso es así. A vos te gustan los Beatles por eso, te gusta Yupanqui por eso. Porque se quedaban un rato largo dándole groso. Mientras vos te quedabas en tu cuarto apoliyando, los flacos están dándole para que cuando vos te levantes al otro día tener una canción que te haga feliz o te cuente algo.
- ¿Cómo creés que funciona esta imagen de hombre en plenitud, en un escenario como el argentino tan copado por la imagen de perdedores hermosos?
- No sé, que se jodan los perdedores. Me parece que no hay que tener miedo de decir sí, de decir que disfrutás. No hay que tener miedo de decir que por momentos podés ser feliz y por momentos transmitir eso. No hay que tener miedo de decir la verdad, lo que nos puede haber atrasado el reloj, aparte de las dictaduras que fueron terribles, ha sido también una actitud negativa ante la vida.
- ¿Cómo viviste volver a Rosario a filmar el clip?-
Lo maravilloso fue filmar la película allí, el clip fue una consecuencia de la gente que hace la película y tener todo montado allí. Fue una historia de amor con la ciudad, porque fuimos a filmar con muy poco dinero, la Municipalidad se porto cómo los dioses, los vecinos se portaron como los dioses. En todos los barrios nos abrían las casas, nos decían "vení a filmar acá". La verdad fue una historia de amor de la que me siento muy orgulloso, esos son gestos que en este mundo casi no existen.
- ¿Costó la ida de Vadalá?-
No, son momentos diferentes. Yo creo que ya es un lujo haber podido compartir tantos años con él. Son uno de esos lujos que poca gente puede darse en la vida. Entonces yo lo tomo de esa forma: gracias Guille por haberte quedado tanto tiempo, siempre pensé que se me iba ir. Era hora, además es un momento muy lindo para él. Está a pleno componiendo música, fue muy inteligente su decisión, me parece.
- En estos días se presentó el Cosquín Rock 2007, se puede pensar en un Cosquín Rock con Fito o no es tu género?-
Cosquín rock, es como si me hablaras... no sé, qué es? Un festival?
- La pasaste mal cuando tocaste el último año en la Plaza Próspero Molina?- No, pero quiero decir que no caigo. ¿Es como un evento periódico que se hacen todos los años? No lo sé, a lo mejor vine a tocar una vez ahí. Si hay que tocar, voy a tocar. Quiero decir, a mi me gusta ganarme el pan.
- ¿Pero no te llamaron?
- No sé. Pasa que a lo mejor como vengo a tocar siempre a Córdoba... ¿Me llamaron? (pregunta al manager) ¿En qué fecha es? ¿En enero? Hace 15 años que no paro, en enero me voy a dedicar a disfrutar de mis hijos. Se puede caer el mundo a pedazos y no voy a hacer nada. No sé si me interesan los festivales, no tengo la obligación de venir a un festival. Pero ¿no es un tema de estado eso? ¿No?, ¿No me va a cambiar el humor?
- ¿Te ha costado mantener una coherencia en tu carrera?
- No, la verdad que nunca fue un problema eso. Porque siempre entendí que está en jugar el hecho, entonces no habría una coherencia allí. Después podríamos abordar una charla estilística de las formas que están en todos los disco. Pero al contrario, lo que he querido siempre es encontrar formas, porque nací en un mundo que me proponía eso, allí trataba de encontrar algo nuevo. No iba a copiar a Charly, quería crear algo nuevo. Esa fue mi naturaleza.
- ¿Sentís que hay mucha copia? Recién hablabas de que hay mucho abombe en el rock nacional.
- Nena, en el mundo hay un abombe groso. Mirá, el otro día escuché el disco de Caetano Veloso... Es un disco que graba con un trío de muchachos jóvenes. Habría que escuchar un poquito eso para volver a orientarnos a ver dónde está la materia. Porque es un norte de una gran sensibilidad, de una sencillez abrumadora y es un viejo loco de aquellos que tiene 60 largos y ya está diciendo cosas pesadas. No está boludeando Caetano. Es algo hermoso, es más joven que todos los pibes que están tocando ahora. Esto es algo... fumátelo, sentate en tu casa y fumátelo. Quedate una horita escuchándolo. Pero los grupos nuevos me aburren... a lo mejor no los escuché con tanto detenimiento. Igual creo que escuchar dos acordes de algo te llama, igual no me siento un erudito que se sienta a fumar sus habanos a esperar que me llegue la consagración de la primavera. Tengo el oído atento. La verdad es que no encuentro nada que me mueva un poco el piso.
- Es un poco desesperante que se te consulte de cómo ves el rock de ahora y nos hables de un tipo que tiene 60 años en la música.
- El adjetivo no sé si es desesperante. Es desesperante para los flacos que hacen esa música. Para nosotros apreciar la belleza de Caetano no lo es, o la belleza de Spinetta. Lo que pasa que tampoco hay que pedirle nada al mundo, ese es otro negocio. Si no hay no hay, es así. ¿Quién te dijo que iba a haber?. ¿Quién te dijo que el mundo iba a ser hermoso y que iban a parecer artistas todo el tiempo que te iban a contar tu vida y te iban a contar el mundo?
- ¿Como ves la sociedad argentina?
- Tiene que llamarlo a Horacio González para preguntarle de eso. A mi ya me cuesta bastante hacer foco sobre lo que tengo que hacer. Es muy complejo. Son los pro y los contra de la democracia: hay tantos charlatanes... Todos hablan y opinan de todo. ¿Que es Argentina? Seguro vos y yo tenemos una idea y el que vive en La Bombilla en Tucumán tiene otra y el flaco que vive en Neuquén en el medio del valle tiene otra. Entonces es muy complejo abordarlo con liviandades. Aparte son palabras muy osadas: realidad, Argentina, oh! Es una mochila.
-En líneas generales, ¿crees que vamos a despegar?
- No, la verdad que no. En líneas generales... nos vamos a meter en el tema? Es un país con una tradición muy potente que tira para atrás. Se está generado quizás algo nuevo, pero el aparato peronista no te lo vas a sacar así nomás. No es que viene Kirchner y lo desarma, porque debe estar negociando con eso. Y si la cosa avanza, habría que pensar en una sociedad como la chilena o la rosarina, con una estructura socialista donde no importa tanto el caudillo de turno. Creo que eso puede ser el norte para pensar nuestro lugar, o por lo menos me interesaría que pase por ahí. Hay que darnos chirlos en la cola, no buscar tantos padres para que nos cuenten cómo somos, nos enseñen y nos pongan límites.
Spinetta por Aznar
Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito
Pedro Aznar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario