Litto Nebbia, Ciro Fogliatta, Gaetano Kay Galiffi y Alfredo Toth cruzaron de nuevo sus caminos. Al igual que hace cuatro décadas cuando, junto con el fallecido Oscar Moro en batería, fueron protagonistas de la génesis del rock de autor en español por estas latitudes. Esta vez, Los Gatos contaron con dos bateristas insignes de la escena local: Rodolfo García, ex Almendra, y Daniel Colombres.
El sábado, en el frío atardecer rosarino, con varios invitados al festejo —antes tocaron Franco Luciani, Fabián Gallardo, Coki & The Killer Burritos y la Trova Rosarina—, y Fito Páez como complemento de lujo en algunos pasajes, Los Gatos volvieron al escenario y se despacharon con 18 canciones de ésas que atravesaron el tiempo y nutrieron los sonidos del presente. No faltaron La chica del paraguas, Sólo seremos amigos, Rock de la mujer perdida o El rey lloró.
Desde el arranque, con Lágrimas de María, sin discurso ni saludo mediante, pusieron la canción como bandera. Los disfrutó un público de todas las generaciones: abuelas bailando con sus nietas, adolescentes saltando y jóvenes de sesenta años emocionados. Las tres pantallas gigantes que rodeaban el escenario, los amplificadores y las fotos obtenidas desde los celulares, evidenciaban el paso de un tiempo que desaparecía al sonar la banda.
"Estamos muy contentos de que nuestra primera actuación de esta aventura-celebración sea en nuestra ciudad", dijo Nebbia, al cierre de Ayer nomás, ya con varios temas sobre las tablas. "Vamos a hacerle un guiño al destino y por un momento volveremos a ser Litto, Moro, Ciro, Kay y Alfredo", anunció Fogliatta para invitar a Juancito Moro —hijo de Oscar, al que Nebbia recordó como un "hermano y amigo irremplazable"— a sentarse ante la batería para tocar Viento dile a la lluvia.
Para el cierre se sumó Fito, en No te caigas campeón, de Lalo de los Santos, y la mítica La Balsa. Nadie pudo resistir al baile. Los padres del rock en castellano están de regreso. Con la fuerza de siempre. Eternos.
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