30 de enero de 2007

13

El track que aparece escondido en la última canción del disco Rey Sol titulada Regalo de bodas se llama “13”. En un principio se barajaban para este álbum (el numero trece en la carrera de Páez) un par de títulos "La mirada perdida", "Apuntes del siglo pasado", "El círculo íntimo de la Argentina" y "13", este último resultaba muy fuerte para Fito, finalmente fue titulado Rey Sol por la alegría que Martín (hijo adoptivo de Fito) traía al hogar Páez-Roth.
Esta placa es curiosamente amarilla, digo curiosamente porque el amarillo es el color mufa de todos los artistas, a Páez no le importó eso, inclusive en las presentaciones del disco vistió una camisa de amarillo furioso (era demasiado titular un disco amarillo con el numero de la “Yeta”).

Páez habló de la canción y dijo: “Este tema iba a abrir el álbum. Para mí, el 13 es un número de buena suerte. Yo nací un 13. Después, pensé que era meterse con energías tremendas. Entonces lo puse atrás y es algo muy íntimo y celebratorio".


13:

Nadie Sabe Que Hay En Tu Corazón
Eso Es Imposible Saberlo Amor
Yo Soy Ese Monstruo Sin Compasión
Pero También Sé Pedirte Perdón.
Nadie Sabe Que Hay En Tu Corazón
Eso Es Imposible Saberlo Amor
Pero No Me Importa Si Estoy Con Vos
Nadie Sabe Que Hay En Tu Corazón.
Todo Al 13 Y Al Millón
De Gracias Por Haberme Entregado La Vida
Todo El Tiempo Apuesto Amor
Mala Suerte, Buena Suerte
Vives Solo Hasta La Muerte
Y Es Urgente Que Te Encuentre.
Gracias Por El Beso Que Me Hizo Bien
Y Por Aguantarte Mi Boludez
Gracias Por Tu Risa Que Alumbra El Sol
Gracias Por Amarme De Corazón.
Antes Que Me Vaya A La Oscuridad
La De Para Siempre, La Oscuridad
Yo Voy A Abrazarlos Con Emoción
Para No Estar Solo Jamás Amor
Nadie Sabe Que Hay En Tu Corazón.

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Spinetta por Aznar

Hoy todas las guitarras están de luto
La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar